domingo, 27 de mayo de 2007

Operación masacre

Materia: Comunicación II
Profesora: Claudia Vespa
Curso: 5º2º
Consigna: a partir de la lectura de Operación Masacre de Rodolfo Walsh, redactar un texto breve a modo de reseña que dé cuenta de lo leído y analizado individualmente y en clase.
El objetivo de este texto es el de interesar a sus lectores en el contenido del libro.
Propósitos del trabajo: que los alumnos comuniquen sus aprendizajes, sus reflexiones, a un otro, a un lector real que pueda nutrirse y crecer con sus producciones.



A modo de reseña

Operación Masacre es el relato de los fusilamientos clandestinos que siguieron a la revolución de Valle, la historia de cinco muertes y otras siete tentativas frustradas. Dos historias que se trenzan para potenciar el efecto demoledor de la denuncia.
Para empezar, hay que decir que Rodolfo Walsh nunca tuvo planeado hacer este libro, que la noticia “Hay un fusilado que vive” le llegó casualmente y, obviamente, como todo buen escritor, la curiosidad lo invadió y comenzó la investigación. Esa investigación es relatada en el Prólogo: avanza hacia un saber que se cuela entre las redes del poder, comparte preocupaciones con los testigos y se pone en el lugar de los otros para narrar la historia.
En cuanto a los protagonistas, hace una presentación de cada uno de ellos en la Primera Parte (también se manifiestan datos a lo largo de toda la obra). Los señala uno a uno, describe sus vidas, su pasado, su presente, sus esperanzas y sus sentimientos. Nos hace conocer los detalles, los pensamientos y las reacciones con exactitud. Sin duda, buscó que la gente se involucre con ellos y sus historias. Y si hablamos de protagonistas, Walsh también lo es, ya que como periodista e investigador, es el hilo conductor de la historia, no sólo al escribirla, sino con su presencia en la obra.
Luego, en Los Hechos, hay dos ejes centrales que marcar su relato: contar las acciones que se desarrollan con los personajes (el traslado a la Unidad regional de San Martín, el traslado hacia el José León Suárez y los fusilamientos) y, el principal, el despliegue de información sobre la Ley Marcial: todos fueron detenidos antes de dictarse y darse a conocer públicamente la misma, por lo que fue ilegal su aplicación.
A medida que el relato sigue, la tensión sube y el ritmo de la novela es cada vez más rápido, aunque los capítulos transcurren dando la impresión de que nada avanza, de que jamás acabará el espanto.
Lo interesante de la novela no radica en los hechos, sino en la forma en que Walsh los narra y los utiliza para reflexionar sobre la impotencia, la desesperación y el terror ante la crueldad, la arbitrariedad del poder y el inexorable encuentro del hombre con la muerte. Puede parecer raro, pero la novela hace todo lo posible para que el lector sienta empatía por aquellos condenados y, de ese modo, sufra aunque sea una ínfima parte de los maltratos a los que fueron sometidos hasta el instante de su ejecución.
En la Evidencia, tercera y última parte, da cuenta de la evidencia con la que sostiene la tesis de “masacre” y “asesinato”. Nos muestra todo un proceso judicial (caso Livraga) que llega hasta la Corte Suprema, que muestra la hipocresía, la arbitrariedad y la injusticia que sufren los inocentes de la masacre.
Operación Masacre es un texto incesante, al que el autor volvió toda su vida. Participó de la historia de su país y con pasión fue modificando su modo de ver: al paso de las páginas del libro se puede percibir que el hombre que comenzó a investigar, no es el mismo que escribió el primer capítulo, ni el que terminó la obra.
Leyéndolo se tiene la incómoda sensación de que todo vuelve a reiterarse y que a pesar de que fue muy conocido, nadie lo tomó tan en serio para cambiar las cosas, porque conociendo otros hechos que sucedieron posteriormente, como la dictadura del ’76, lo sucedido el 20 de diciembre de 2001, los hechos de Neuquén, seguimos estando sujetos a vivir, a ver repetirse la misma historia; pareciera que no se aprende de los errores cometidos anteriormente.
Es una obra que si no se conociera que los acontecimientos que se cuentan son reales, leerla sería mucho más placentero, aunque en cierto modo, se disfruta por su extraordinaria calidad literaria. Se trata de una novela que, sin proponérselo, fundó un género y logró transmitir a generaciones enteras de lectores el repudio hacia las violaciones de los derechos humanos.
Hay que reconocer el coraje y ponerse de pie ante Rodolfo Walsh, porque más allá de su postura, puso al pueblo argentino ante todo y con su valentía, luchó por la verdad, la justicia y la democracia. Realmente admirable.

Melisa Contratti
Otra lectura
Esta novela definitivamente marca un antes y un después en la vida de Rodolfo Walsh. En un primer momento habla, y nos muestra, que no tenía demasiado interés por la política, se dedicaba a hacer periodismo, a escribir cuentos policiales y a jugar al ajedrez en un café de la ciudad de La Plata. La noche de los fusilamientos, es decir, en la que se intentó una revolución coordinada por Valle, Walsh se encontraba en ese café, del que salieron, él y varias personas más, caminando para ver qué era lo que estaba pasando, poco a poco fue quedando solo en el camino y terminó en su casa. Pero su interés se comenzó a despertar a partir del 18 de diciembre de 1956, cuando tuvo la primera noticia sobre el fusilamiento, que él luego calificará de masacre, y en esto basa el libro, en la masacre del 9 de junio del mismo año a manos de los militares y en medio de mucha confusión. Le llega la versión de que existe un “fusilado que vive”, esto despierta su curiosidad y, al seguir investigando, se entera de que no era uno sino siete los sobrevivientes. Así, averiguando, va conociendo muchos detalles, pero el principal, el que le da motivo a este libro y remarca todo el tiempo, es que cuando estas personas fueron apresadas y fusiladas, todavía no regía la Ley Marcial. ¿Cómo lo hace? Certificando, todo el tiempo, cada cosa que dice, poniendo el horario en el que sucedió. Relata exactamente cómo y cuándo suceden los acontecimientos, no sólo eso, el libro, está dividido en tres partes, la primera presenta a los personajes, la segunda marca los hechos y la tercera muestra las evidencias.
Es interesante ver como Walsh no necesita insultar ni hacer explícita su ideología en contra de los militares y sin embargo la da a entender a través de acotaciones. Su objetivo principal es demostrar y dar a conocer que los policías esa noche no fusilaron (esto hubiera sido así si, en el momento de detenerlos, hubiera estado dictada ya la Ley Marcial), sino que asesinaron, porque los uniformados no tenían fundamentos para hacer lo que hicieron y mucho menos una ley que los ampare, o por lo menos, no era válida en ese momento exacto.
Lo emocionante del libro (y no digo emocionante como sinónimo de alucinante como se suele utilizar, sino de que genera emociones) es que puede movernos muchos sentimientos, porque es parte de nuestra historia, de la historia política de Argentina que, aunque muchas veces desagradable y funesta, es NUESTRA historia política.
Es horrible saber y darse cuenta de que si se hubiera escuchado a estas personas en su momento, y si todos hubieran luchado por sus derechos, tal vez no hubiera existido el golpe militar del ’76, ni los 30.000 desaparecidos y, con suerte, tampoco formaría parte de nuestro pasado una guerra como la de Malvinas, en la que murieron cientos de personas, la mayoría jóvenes.
Sólo puedo decir que Operación Masacre, es un libro que ningún argentino puede dejar de leer.
Romina Gasali